Hola a todos los lectores de este blog!
Nací y crecí en una familia humilde, para mi Mamá, lo único que ella podía darnos para que al crecer lográramos el éxito en nuestras vidas, era educación, y por educación se referiría al colegio.
Quiero hacer un apartado aquí. En mi familia somos 3 hermanos, todos fuimos a colegio privado, aunque no hubiese que comer, ya que de esto "dependía el futuro", seguimos una carrera universitaria, conseguimos buenos trabajos, y pasaron muchas cosas, al día de hoy ninguno de los 3 trabaja en lo que estudio, todos tenemos una familia con muchos retos, pero estamos al frente y buscando ser mejores cada vez. Les aseguro que eso no lo aprendimos en el colegio, eso nos lo enseño ella, aunque no lo valoraba, fue lo mejor que hizo por nosotros.
Volviendo al tema...entre las cosas que nos enseñó mi Mamá están: el tiempo es oro, hay que hacer muchas cosas a la vez para aprovechar el tiempo, si pasábamos un rato haciendo nada, nos conseguía oficio, no podía vernos desocupados. Ya se imaginan cuál es la idea que tenemos nosotros acerca del valor del tiempo, es algo como esto "el tiempo no alcanza para nada y si lo pierdes nunca harás nada con tu vida."
Desde esta creencia, cómo piensan que se viven situaciones cotidianas, como: ir en el tráfico, esperar en un consultorio u oficina, que alguien no cumpla la hora de su cita puntualmente, cuando una persona te piden que le hagas un favor, entre otras. Todas estas situaciones nos parecen TERRIBLES ya que nos quitan tiempo, y por lo tanto nos resta posibilidades de lograr el éxito, así que nos invade la angustia, el enojo se apodera rápidamente de nuestra razón, y generalmente actuamos de formas inconvenientes. ¿Será que todas las personas viven este tipo de eventos de la misma forma que nosotros lo hacemos, o para otras personas puede ser bastante normal que se pierda algo de tiempo?
En otra entrada de este blog, habíamos comentado que las emociones tienen que ver con el pensamiento, ahora entendemos cómo ese pensamiento es la forma en que interpretamos un hecho, que es totalmente personal y que tiene que ver con nuestras creencias, las cuáles se forman a través de nuestra historia.
Estas creencias, que determinan la forma como vemos el mundo y como actuamos ante las circunstancias que se presentan, las hemos aprendido, sobre todo, con las personas a cargo de nuestra crianza, y así mismo, se las enseñamos a nuestros hijos sin advertir lo limitante que pueden ser para ellos.
El reto es atrevernos a descubrir y resignificar estas creencias que nos limitan, por creencias que nos ayudan a elegir acciones más acordes con el tipo de vida que queremos tener, y modelar desde aquí para nuestros hijos.
Si recurrentemente estás experimentando situaciones similares que desencadenan una emoción con una intensidad que te llevan a tomar acciones que no resultan positivas para tu vida, pregúntate:
¿Qué significado le estoy dando a esta situación?
¿Por qué me siento de esta manera respecto de lo que paso?
¿De dónde proviene esta idea mía acerca de este tema?
Cuando actúo desde esta idea ¿consigo los resultados que deseo en mi vida o no?
Responde honestamente, y decide qué quieres tener en tu vida y qué quieres enseñar a tus hijos.
Un fuerte abrazo!
Yaneth